
El modo perfecto en que un líder usa el poder asimismo establece un tipo de estilo. Cada estilo (autocràtico, participativo y permisivo) tiene beneficios y limitaciones. Es común que los líderes empleen los tres estilos a lo largo de cierto periodo de tiempo, pero uno de ellos tiende a predominar sobre el resto. Como un ejemplo podría citarse el ca so de una supervisora de una factoría que es normalmente autocràtica, pero participativa en la determinación de los calendarios de vacaciones y permisivo en la selección de un gerente del departamento en el comité de seguridad. Los aspectos necesarios y el deseo de emplearlos pero no disponer nunca de la opor tunidad de hacerlo. El aspecto final se refiere a la oportunidad o no de que los aspectos del liderazgo se adquieran o perfeccionen transcurrido un tiempo si alguien aspira al lideraz go.
En una organización puede aplicarse un método de contingencias para organizar, con el resultado de que distintos departamentos tienen la posibilidad de organizarse de diferente forma a fin de satisfacer sus particulares pretensiones. El departamento de inves tigación puede tener una estructura orgánica, al tiempo que el departamento de producción puede necesitar de una estructura mecanicista. Los usados de Hermán Miller, Inc., enorme compañía manufacturera de muebles de oficina, trabajan con ahínco para crear modelos bien diseña 2 y de alta calidad, como escritorios, gabinetes y sillas. Los usados se hallan organizados en conjuntos de trabajo, cuyos líderes y miembros se valoran unos a otros un par de veces al año. Todos por igual tienen la posibilidad de hacerse merecedores de bonificacio nes trimestrales, con base en sus recomendaciones de reducción de costes y otras contribuciones. Sin embargo, la clave más importante de la civilización de esta compañía radica en el “pacto” predeterminado entre la alta dirección y la integridad de los usados.
– Personal Data Protection Policy
Se comprende que la Iglesia, en su deber de fidelidad sin fisuras a la Palabra, haya siempre y en todo momento exaltado la grandeza de la pareja hombre-mujer, tanto en su dignidad primordial de “imagen de Dios” (creación) como en su lazo de mutuo deber ante Dios y con él . El decálogo, una suerte de fundamento de la primera Ley, nos servirá de muestra. Ya en la primera parte habíamos propuesto el esbozo de una lectura “axiológica” de este texto fundador (esto es en términos de valores positivos). En este momento recogeremos dos ejemplos para mostrar en qué sentido la Ley del Sinaí abre un horizonte moral probablemente rico, capaz de sostener una reflexión amoldada a la plenitud de una problemática ética moderna.
Ello reclama la aptitud de leer los signos de los tiempos y de reconocer “la cifra de la bestia” , en la esperanza cierta que todos estos regímenes demoníacos están condenados a la destrucción. Solo de tal modo los cristianos serán capaces de hacer selecciones adecuadas y de planificar un método de obrar maduro y responsable. Semeja que la idolatría estuvo bastante difundida entre el pueblo a lo largo del reinado de Acab (1 Re 16,29-34). En 1 Re Elías es presentado como el restaurador de la fe mosaica, cuando el culto de Baal había conquistado el reino septentrional.
Si bien la cantidad de las com unicaciones aum entó, la calidad dism inuyó. Se increm entó la am bigüedad de roles, y tanto la coordinación com o la satisfacción laboral se redujeron. S orpresivam ente, los em p le a do s no brindaron cuenta de escenarios significativos de enfrentamiento de permisos. La primera debe ver con el flujo de la autoridad y se conoce como composición organizacional o simplemente organización, como ya se explicó. La segunda debe ver con el fluído del trabajo mismo de una operación a otra y se le conoce como procedim iento, aunque tam bién recibe los nombres de “método”, “sistema” y “flujo de trabajo”. Por lo general el lado humano de la estructura organizacional se considera en las relaciones superior-subordinado establecidas en ella; en cambio, se suele ignorar o subesti mar el- lado humano del fluído de trabajo.
Sin una auténtica convicción en la productividad, un mayor nivel de estudios no hará sino más bien incrementar exclusivamente el deseo de obtener mayor prestigio personal. Si la eficacia no incrementa, las ventajas que recibe un individuo se consiguen en la mayoría de los casos a expensas de otras. Sin embargo, los deportados suelen hallarse con que algunos administrado res locales no comprenden la iniciativa de la eficacia.
A este flujo se le concibe mucho más bien como un factor de ingeniería sin dependencia de los factores humanos. Frecuentemente, no obstante, el fluído de trabajo tiene numerosos efectos conductuales, ahora. Que implica la interacción de los individuos en el desempeño de sus labores. Permisos, se atraen en la impresión que ocasionan en los demás y se sostienen alertas a las señales que reciben. Debido a que cumplen las esperanzas del resto, son aptos en la realización de tareas y se les ve como líderes potenciales.
Frente a esta complicada problemática, en los últimos decenios, en teología ética ha podido darse la tentación de marginar, en todo o en parte, a la Escritura. ¿Y de qué manera integrar los datos bíblicos, cuando para llevar a cabo un alegato ética sobre semejantes cuestiones es requisito recurrir a las luces de la reflexión teológica, de la razón o de la ciencia? Además de la relación que acabamos de detallar, hay otros 2 causantes que son fundamentales para la ética bíblica.