Intentan disimular la huella en una geografía urbana intervenida por consignas en múltiples formatos. Según el inspector de los Bombers, Francesc Boya, «entramos en un instante crítico». Hay que evitar que se abra de qué manera sea pero sigue realizando mucho calor y el viento puede ocasionar más problemas. Una lluvia de ceniza y un emocionante cielo amarillo avisaba de la que se venía. Sin entender cuándo van a poder volver ni qué se hallarán al hacerlo. Las llamas ya han arrasado múltiples viviendas y han dejado su marca en otras tantas.
Le negaron el acceso tras considerar que las amenazas que recibía no eran causa bastante para ser beneficiaria. En junio se registraron 89 feminicidios en el país, la cifra mucho más alta del 2022. «Plomo y humo, el negocio de matar», el lema que apareció en el barco –rebautizado «narquito»– y que se sigue viendo en la Aduana, es una síntesis lastimosamente impecable, la articulación de 2 dramas, la fotografía de una localidad que arde. Arde por los incendios, pero también por las muertes violentas por narcotráfico, mucho más de 170 en lo que va del año, en su mayoría en barrios populares. El criterio de acción vandálica esgrimido por la Municipalidad y ciertos medios no pegó en la sociedad, que halló en esas palabras la expresión acertada de lo que sentía en el cuerpo, en el espíritu.
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El cuidado es un elemento esencial en el avance de la vida popular. Las “tareas” de cuidado, son en muchos casos funciones profesionales de precaución socialmente atribuidas a las mujeres. Pasó con la pandemia de covid, con el temporal de nieve ‘Filomena’, con el volcán de La Palma y hasta con la invasión de Ucrania por Rusia. Con tanto especialista, lo que uno no se explica es por qué nos pasan tantas desgracias últimamente si todo el mundo sabía cómo prevenirlas o, si no, de qué forma solucionarlas. Todos menos los que están al frente de los distintos gobiernos, así sean el central o los autonómicos, los provinciales o los municipales, que aparentemente los eligen personas extranjeras, ya que los españoles, tan completados todos, no tenemos la posibilidad de seleccionar tan mal. El taxista, que es de Guadalajara, sabe que la culpa de los incendios que asuelan España este mes de julio la tienen los políticos, de esta forma, en general, por no dejar a la gente que viva en los pueblos.
Las fuentes han precisado que la persona afectada por inhalación de humo fué trasladada a un centro sanitario, y que ha sido preciso desalojar a los vecinos de 2 bloques de viviendas, que pasaron la noche en un hostal. La mayoría de las leyendas con aerosol que habían aparecido el domingo en edificios públicos –y que, según lo que se dice en la calle, motivaron la salida del ministro de Seguridad, Jorge Lagna, y su reemplazo por Rubén Rimoldi, comisario retirado– fueron tapadas. El aerosol aún se ve, como si no hubiese modo de tapar el reclamo. Es de este modo en el famoso barco de papel, estatua del único barrio Puerto Norte, como en la Municipalidad, ahora de dos tonos distintos de cobrizo. En el Concejo Deliberante apareció más recientemente la historia de historia legendaria «Basta de humo».
En la segunda necesidad pensamos menos, pero no hay solo una familia en México que no requiera cuidados para alguna persona adulta mayor, algún enfermo o alguna persona con discapacidad. Más de 43 millones de mexicanos necesitan de algún género de precaución. Se da por sentado que es un asunto privado, en el que el Estado no tiene por qué razón intervenir ni tiene porque garantizar apoyos profesionales. Luz tenía 35 años y un hijo de 11 con trastorno del fantasma autista. Consciente de los sacrificios y recursos que se requieren para estos cuidados, Luz Raquel era activista por el derecho al precaución y demandaba condiciones y servicios para que su hijo como muchas y varios en las mismas condiciones fueran dignamente atendidos.
De paso, me admite que en el de el quedan 14 personas y que él solo va en vacaciones y que no volvería a vivir allí ni ido. Son niñes, jóvenes, ancianos; familias enteras, grupos de amigos. Son autoconvocados o miembros de organizaciones ambientalistas, de derechos humanos, partidos y sindicatos los que se levantan al puente que conecta Rosario con la ciudad entrerriana de Victoria, en el límite entre Rosario y Granadero Baigorria, este sábado por la tarde. Lo hacen por escalera o por la recolectora, con banderas y carteles escritos a mano, máscaras de los animales fallecidos del Delta e instrumentos musicales.
Opinión
Los propietarios de las tiendas y puestos llegaron hasta el sitio, no obstante, el cerco policial de seguridad que puso la Policía impide el paso de los dueños que pugnan por socorrer su mercadería. Parte de los escombros empezaron a caer sobre la avenida Manco Kapac, donde están instaladas decenas de puestos de venta de licores y gigantes depósitos de bebidas alcohólicas. Los bomberos tratan de que el fuego no se expanda hacia esos sitios.
Los bomberos y equipos de emergencia seguían trabajando en el sitio a primera hora de la mañana de este miércoles. Las calles adyacentes, como la Buenos Aires, se llenaron de pronto con los dueños de puestos y tiendas en esos centros comerciales para sacar su mercadería que creen corre peligro; pero la Policía impide el paso por miedo a latrocinios que se pueden generar. Exactamente en el sitio se erigen edificios de todo género y fue escogido por los mercaderes y empresarios para alzar enormes centros comerciales que contienen a miles de vendedores que extienden la feria de la Uyustus.